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19 ene 2013

Cómo reducir el Porcentaje de Rebote:Construye un sitio de Calidad

Hoy quiero ver cómo reducir el porcentaje de rebote  de un sitio web. La tasa de rebote es una de las métricas que más nos obsesionan a los webmasters en la medición de la calidad y normalmente una tasa de rebote alta la asociamos como un absoluto fracaso de nuestro sitio web.

Pero esto no tiene que ser siempre así señores, existen sitios en los que es absolutamente normal que tengan una tasa de rebote alta a pesar de tener una calidad excelente. En este post vamos a ver qué es el porcentaje de rebote  y cómo lo podemos reducir.

En primer lugar… ¿Qué es el porcentaje de rebote?

El porcentaje de rebote es un indicador que mide todas las visitas que únicamente ven una de las páginas de nuestro sitio web, sin tener en cuenta si están un minuto o diez minutos. Entonces… ¿Podemos conseguir un porcentaje de rebote 0? Ni lo sueñes, siempre va a haber gente que entre por error a nuestro sitio web.

¿Por qué no nos sirve siempre el porcentaje de rebote para medir la calidad?

Porque hay sitios en los que un porcentaje de rebote del 70% es lo más normal del mundo. Normalmente nos centramos con que si tenemos un porcentaje de rebote alto no estamos ofreciendo al usuario lo que cree pero… ¿No puede también ser indicador de justo lo contrario? Es decir, que un usuario entra en una página, encuentra JUSTO lo que quiere y se sale. Esta visita cuenta como porcentaje de rebote, a pesar de que la experiencia de uso haya sido óptima. Los blogs son los mejores ejemplos de que el porcentaje de rebote no siempre sirve para medir la calidad.

Pongamos de ejemplo mi blog: Alguien busca “seo móvil” en Google y le aparece esta página en las primeras búsquedas. La lee, le encanta (porque yo lo valgo XD) y se sale porque ya ha encontrado lo que quería: Tasa de rebote de esa visita 100%, ¿ha conseguido lo que quería? Pues claro.
Y ahora lo que buscabas… ¿Cómo podemos reducir el porcentaje de rebote?

Para reducir el porcentaje de rebote tienes que proporcionar una velocidad de carga aceptable. Cada vez tenemos menos paciencia y si llegamos a un sitio que en 12 segundos (por decir algo) no se ha cargado, escupiremos en el sitio web y nos largaremos indignados.

Cuida bien el diseño: los sitios web nos entran por los ojos y si llegamos a una página descuidada, sosa y en la que ni siquiera se han molestado en contrastar el color de la letra con el fondo (¿a quién se le ocurre poner una letra amarilla sobre un fondo blanco?) nos iremos sin dudarlo.

¿Está tu sitio adaptado para los dispositivos móviles? Estamos en un país en el que más de la población tiene un Smartphone. Cada vez más gente usa su dispositivo móvil para navegar y si quieres reducir tu porcentaje de rebote deberás optimizar tu sitio web a estos dispositivos.

Y ahora algo elemental para reducir el porcentaje de rebote: tu sitio debe estar correctamente estructurado. La información debe estar agrupada por categorías. No mezcles todos los temas o desorientarás al usuario y se largará. Tu sitio debe ser intuitivo y usable, es decir, la experiencia previa del usuario le debe servir en tu sitio web para encontrar lo que quiere.

Si quieres poner publicidad en tu sitio web hazlo (yo mismo lo hago) pero tienes que ser sensato. A todos nos repele la publicidad y si tu sitio está saturado de ella… ¡Los usuarios se largarán!

Para reducir el porcentaje de rebote tienes que cargarte todas las distracciones. Las distracciones cortan por lo sano la experiencia de uso. Si estás concentrado leyendo algo y te salta un video abajo del todo de la página… ¿A que molesta? Y estas molestias suman puntos para largarte. Lo mismo con los enlaces salientes. Configúralos para que se abran en otra pestaña porque si entras en un sitio, comienzas a leer algo interesante, ves un enlace, haces clic en él y te manda a otra web aparte de que te han cortado el royo… ¡Sientes que te han echado! A ese usuario ya lo hemos perdido.

También tenemos que proporcionar una página de error 404 que invite a quedarse, con enlaces a otros sitios web. Podemos ponerle una página trabajada, con una imagen y con enlaces a las principales secciones  del sitio web.

Y por último… ¡El contenido sigue siendo el rey! Por mucho que apliques todas las técnicas anteriores si lo que ofreces al usuario es una patata… ¡Se largará!

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