Resulta ciertamente sorprendente, durante todo el proceso desde las primeras nociones sobre Facebook a los 500 millones de usuarios no ha transcurrido tanto tiempo. Sin embargo, las nuevas tecnologías llegaron para mostrarnos una evolución, habíamos evolucionado, mejorado…ciertamente, habíamos avanzado, aunque el aspecto que se gobierna en el lado derecho de nuestro cerebro, dominara las relaciones sociales y, lo que fue más importante, las relaciones de poder.La tecnología nos sitúa ante el profundo reto de la evolución integral del ser humano, somos seres avanzados e inteligentes –o al menos eso creemos- sin embargo, una y otra vez, ciclo histórico tras ciclo histórico, tropezamos con las mismas piedras en el camino y volvemos a optar por la exacerbada necesidad de poder, la codicia, la especulación, el aislamiento, el rechazo… seres humanos en su más pura esencia, si nos situamos en el lado oscuro de la fuerza.
Hoy, vivimos un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una creencia y confianza común que lleva a construir al unísono, al compartir al unísono, al crear al unísono, todo lo que nuestra red y redes, necesitan para seguir creciendo, el análisis de las variables determina la estrategia SEO a establecer, la capacidad para atraer comunidad, la estrategia de marketing a seguir, los usuarios son capaces de lograr el equilibrio y continuar la apertura, y por ello, el lado izquierdo del cerebro, perfectamente equilibrado con el área positiva de las emociones, es lo que determina la reputación, la confianza y la solidez de los efectos derivados de la presencia en las redes sociales.
La falta de control, la pérdida del objetivo y la negatividad, son un poderoso imán de la toma de decisiones errónea, enemigo feroz de la eficiencia y detractor acérrimo de la productividad.
Permitir que el lado derecho del cerebro se imponga de forma negativa, anulando toda posibilidad de la parte analítica y estable de intervención, supone estar más cerca de cometer errores y estos, afectan a la reputación.
Con este análisis, podemos determinar que el conocimiento del cerebro humano en relación a los hemisferios que rigen las emociones, la capacidad de manipular estas para crear necesidades y la capacidad de redirigirlas hacia la marca representada, es la mejor fórmula para obtener una estrategia de marketing adecuada, una inmejorable campaña SEO y una eficiente técnica online.
De nuevo, una de las características principales de los nuevos líderes online, de los nuevos gestores de comunidad, de los nuevos publicistas, relaciones públicas, creativos y…todo ello bajo el paraguas tecnológico y, más concretamente, de las redes sociales.
Ahora bien… suena casi celestial, es cierto. La clave está en lograr identificar el momento en el que la toma de decisiones errónea va a comenzar por estar embargados de sentimientos negativos y adversos. Pero…¿Cómo se logra reprogramar el cerebro?
¿Es realmente posible incluir en nuestro plan de empresa un apartado en el que se identifique y se siga plenamente un procedimiento para lograr el manejo de las emociones?
Definitivamente si… ahora bien, como en el plan de empresa destinado a la obtención de beneficios, la clave está en el esfuerzo, la constancia y la perseverancia que se dedique al nuevo negocio, la capacidad de generar, realmente, sociedad. La confianza suficiente como para intercambiar bienes por servicios y lograr con ello hacer crecer la nueva sociedad de la nueva economía.
No es necesario buscar un curso sobre el control de las emociones ya que, sin ninguna duda, el camino del emprendimiento es lo suficientemente pedagógico en sí mismo como para que el aprendizaje se produzca de forma empírica y vertiginosa.
El control de las emociones de alguna forma, supone el seguimiento del plan de empresa de forma metódica, clave para la identificación de nuevas oportunidades, por lo que, medido en términos de eficiencia, el control de las emociones consolida la consecución de los objetivos y el éxito de las campañas.
Via: iniziar